Grupo Eleuterio Quintanilla. Pensad que esto ha sucedido. Una propuesta didáctica sobre el Holocausto

“… tenemos que conservar viva la memoria del pasado:
no para pedir una reparación por el daño sufrido,
sino para estar alerta frente a situaciones nuevas y sin embargo análogas.
El racismo, la xenofobia, la exclusión que sufren los otros hoy en día
no son iguales que hace cincuenta, cien o doscientos años;
precisamente, en nombre de ese pasado no debemos actuar
en menor medida sobre el presente.”
Tzvetan Todorov, Los abusos de la memoria"
.

Juan Nicieza (Grupo Eleuterio Quintanilla)

¿Quiénes somos?

El Grupo Eleuterio Quintanilla (www.equintanilla.com) es un colectivo de enseñantes de Primaria y Secundaria constituido en 1994 en Asturias con el propósito de responder al desafío profesional que ya en aquel momento suponía la presencia en nuestras aulas de jóvenes inmigrantes a quienes deseábamos ofrecer una acogida educativa ajustada a sus necesidades, como primer paso de un proceso de integración de largo alcance, en el que todas las instituciones y la sociedad en general deberían implicarse.

La denominación “Eleuterio Quintanilla” quiere rendir homenaje y asentar la memoria (a través de la figura de este maestro gijonés, republicano, anarcosindicalista, director de la Escuela Neutra y exiliado en Francia, donde murió en los años setenta) de todos aquellos que en el pasado albergaron la esperanza de un mundo más justo e igualitario y a la derrota, la prisión, el exilio o la muerte hubieron de añadir el olvido en un país enfermo de amnesia.

Nos consideramos parte de un movimiento de perfiles muy variados que suele etiquetarse como pensamiento crítico y que conoció en el pasado otras singladuras y denominaciones. Somos abiertamente partidarios del ideario de la Educación Intercultural Antirracista: defendemos la aceptación de una diversidad que enriquece toda sociedad y trabajamos por la superación de aquellos rasgos diferenciadores que limitan las aspiraciones de igualdad entre los seres humanos. Más allá del trabajo escolar, nos identificamos con todas las personas y grupos que albergan esperanzas transformadoras y aspiran a una mayor justicia entre los seres humanos.

Con nuestro trabajo intentamos ofrecer respuestas a las carencias y limitaciones descubiertas en la práctica educativa y se inicia con una reflexión teórica que ilumine, desde la pedagogía intercultural y otras propuestas prácticas anteriores, el problema detectado y nos sugiera algunas respuestas posibles. Un rasgo esencial de nuestra metodología es el protagonismo de la “cultura escolar” expresada en los manuales escolares, las rutinas profesionales que organizan la práctica educativa y los conocimientos, actitudes y valores que sobre el asunto evidencian alumnos y alumnas.

Nuestra trayectoria hasta el presente se ha plasmado en diez publicaciones, siete de ellas en formato libro o folleto, una como carpeta de reproducciones artísticas, otra más en formato html, y la última y más reciente como carteles para una exposición. En todas ellas hemos intentando seguir un hilo conductor: elaborar propuestas didácticas para el trabajo en el aula que llenaran un espacio insuficiente o nulamente cubierto en temas relevantes desde el punto de vista de la educación intercultural y antirracista; así, hemos trabajado sucesivamente asuntos como el tratamiento de la diferencia en la literatura infantil, las fuentes de diversidad en el Estado español, las migraciones, la acogida del alumnado extranjero, la comunicación oral-escrita y la diversidad lingüística, etc.

1. Génesis del trabajo

“Cualquier posible debate sobre ideales educativos resulta vano e indiferente
en comparación con esto: que Auschwitz no se repita” . Theodor W. Adorno
“Si Auschwitz era un proyecto de olvido, la única reacción
crítica tiene que ser la memoria” . Reyes Mate
¿Qué nos llevó a centrar nuestro trabajo de dos años largos en el tema del Holocausto? Las razones parecen evidentes desde una perspectiva antirracista y podrían sintetizarse en la puesta en práctica de la dramática afirmación de Adorno recogida en la cita anterior. Para nosotros “que Auschwitz (es decir, la barbarie) no se repita” supone en el ámbito educativo español varias cosas interrelacionadas: fomentar el conocimiento de un hecho esencial en la historia del siglo XX en un país con poco conocimiento del tema, así como promover el cultivo de una memoria ejemplar, capaz de extraer lecciones del pasado y convertirlas en horizonte moral del presente. Y todo ello en la perspectiva de desarrollar un espíritu crítico que prepare a nuestra sociedad para combatir males actuales (xenofobia, miedo al otro, racismo, intolerancia) presentes ya en el origen del Holocausto. Estaríamos, de paso, rindiendo homenaje y restituyendo el recuerdo de quienes, como dice Reyes Mate, habían sido destinados por sus victimarios no sólo a la muerte sino además a la destrucción de su memoria.
Una vez que tuvimos claras las grandes finalidades de la tarea, entendimos que la necesidad más inmediata era conocer de primera mano qué sabía el alumnado de Secundaria y cómo lo trataban los manuales escolares.

Para valorar el conocimiento del alumnado realizamos un muestreo de 862 estudiantes de 4º de ESO y de 1º de Bachillerato de centros públicos y concertados de Asturias que cumplimentaron un cuestionario de ocho preguntas (seis de elección cerrada, una de elección múltiple y otra abierta de opinión) orientadas a explorar su conocimiento sobre la Shoah y sus fuentes, así como a identificar su posicionamiento moral ante ella.

Las conclusiones más relevantes en relación con los conocimientos fueron que mostraban una escasa comprensión de conceptos claves (limpieza étnica, campo de exterminio, Holocausto, gueto, genocidio), una buena localización espacio-temporal, algunos errores por traslación del presente de personajes implicados y perseguidos y un mejor conocimiento del contexto que de los hechos mismos. En cuanto a las fuentes de ese conocimiento, pesaban más los videojuegos, el cine o los comics que los libros de texto y las clases. Hay que indicar, en este sentido, que el cuestionario se pasó en octubre y noviembre, por lo que el tema no se había estudiado aún; además, los alumnos de 4º no han visto con anterioridad la historia del siglo XX y muchos de los de Bachillerato pueden no haber llegado a ese apartado del programa en 4º de ESO.

En cuanto al posicionamiento moral, una gran mayoría expresa su rechazo, basado en una defensa de la igualdad o en una consideración de que los nazis eran locos o carecían de sentimientos; algunos, aun condenándolo, le restaban importancia (ya pasó, no volverá a ocurrir, …) o incluso expresaban una falsa conciencia de respeto al otro (no compartían ese comportamiento, pero respetaban sus ideas…). Por su parte, las opiniones favorables eran muy minoritarias y las razones eran variopintas: comprensión, apoyo, negacionismo, rechazo hacia el extranjero, el diferente, … Parecía clara la transposición de las consignas de la extrema derecha actual, en especial de sus ramificaciones entre los jóvenes aficionados al fútbol.
Para saber qué dicen los textos escolares sobre el Holocausto examinamos 46 manuales de 4º de ESO (Ética y Ciencias Sociales) y de Historia del Mundo Contemporáneo de 1º del Bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales de las editoriales con más presencia en los centros de Asturias (coincidentes a grandes rasgos con los del conjunto de España). Nos interesaba conocer los contenidos presentados, los textos utilizados como material complementario (distinguiendo los de los autores del manual, los de historiadores y los de los protagonistas víctimas o verdugos), las imágenes y su tratamiento, y finalmente el tipo de actividades propuestas al alumnado.
¿Conclusiones más relevantes? En su inmensa mayoría perpetúan la más rancia tradición manualística: narración aséptica de los hechos desde la equidistancia presentada como verdad establecida que al alumnado no le cabe más que asimilar.

Los textos repasan los acontecimientos del pasado desde la “lógica” y la voz de los verdugos, con lo que condenan una vez más a las víctimas al silencio.
Las abundantes imágenes no son objeto de trabajo, sino simplemente decorativas y están centradas en los verdugos.
Las actividades, preferentemente individuales, se conciben como el instrumento de confirmación de las verdades establecidas por el autor del texto. Están clamorosamente ausentes en la mayoría de los manuales de Historia los ejercicios que promuevan una reflexión moral o crítica.
Pese al avance de las nuevas tecnologías de la información, los contenidos continúan ajustándose a un modelo didáctico autosuficiente: todo lo que el alumnado debe saber se encuentra en los textos y no se recurre a ninguna otra fuente de información complementaria, investigación o consulta.

2. Concreción del trabajo: la exposición de carteles
Una vez que tuvimos clara cuál era la significación histórica del Holocausto y su riquísimo potencial educativo, así como la realidad de su tratamiento en nuestras aulas, la decisión fundamental era qué material didáctico elaborar. Pero, previo a ello, necesitábamos dotarnos de unos principios de procedimiento didáctico que nos permitieran evitar todas las insuficiencias que habíamos detectado en nuestra investigación. Del análisis de las propuestas pedagógicas desarrolladas por algunas instituciones que trabajan la memoria del exterminio, y en especial del Yad Vashem, nos parecieron especialmente importantes dar la palabra a las víctimas y a los testigos, convertir la Shoah en centro de estudio y la Segunda Guerra Mundial en su contexto, llevar a cabo un acercamiento multidisciplinar y evitar la “pedagogía del horror”.
El formato que elegimos para desarrollar nuestra propuesta fue la exposición de carteles. ¿Por qué? Sobre todo, porque nos permitía resolver algunas de las deficiencias detectadas en los libros de texto (dotar de contenido a las ilustraciones, hacer un tratamiento gráfico atractivo del conjunto, facilitar el trabajo grupal, …); también porque ponía al alumnado ante una forma infrecuente de acceso al conocimiento y porque permitía durante los días que durase la exposición que el Holocausto se convirtiera en foco de atención de todo el centro.

Decidimos que los carteles tenían que estar formalmente bien cuidados, equilibrando textos e imágenes, que no había que rehuir la dureza de lo sucedido ni caer en la morbosidad, que había que presentar el proceso histórico mediante breves documentos comprensibles para el alumnado, que el punto de vista de las víctimas y su memoria debían ser el centro de atención, y que sus testimonios y fotografías deberían estimular la reflexión sobre la absoluta brutalidad del sufrimiento infligido.

Quizá el asunto que más dificultades nos planteó fue condensar todo lo que considerábamos importante recoger en los quince carteles que nos parecieron los más adecuados a la capacidad de atención del público adolescente y a los periodos de 50-60 minutos de una clase. Nos vimos obligados a seleccionar los ejes esenciales y a elegir aquellos documentos escritos y gráficos que contuvieran mayor potencial informativo.

Todos los carteles (de 1 × 1,80 m.) tienen la misma estructura: contexto histórico, testimonios, fotografías y obra artística alusiva. Su distribución es la siguiente:
1.- Los judíos en la sociedad alemana de entreguerras.
2.- La llegada de Hitler al poder (1933). 3.- La exclusión. Cronología de una persecución (1933-39). 4.- Testimonios de una persecución. 5.- Los guetos (1939-1942). 6.- La “solución final” (desde 1942). 7, 8, 9 ,10 y 11.- Auschwitz: llegada y selección, “vida cotidiana” y muerte. 12.- Las otras víctimas. 13.- Españoles en los campos de concentración. 14.- El deber de la memoria. 15.- ¿Es posible de nuevo la barbarie?

Acordamos no elaborar una propuesta de actividades y dejar que fuese el profesorado de cada centro quien decidiese qué alumnado llevar y cómo abordar didácticamente el trabajo.
La exposición está circulando por tercer curso consecutivo por los centros de Secundaria y por las Casas de Cultura de los distintos municipios de Asturias, y también ha sido llevada fuera de la región (Cuenca, Salamanca, Santiago, Ponferrada, Madrid, Donosti, …) bien por petición de centros de Secundaria o universitarios, bien con motivo de seminarios o reuniones sobre el Holocausto.

3. Recursos para trabajar el Holocausto en el aula

Con el fin de facilitarle al profesorado la explotación didáctica de la exposición hemos elaborado dos publicaciones complementarias:

Pensad que esto ha sucedido. Guía de recursos para el estudio del Holocausto (Gakoa. San Sebastián, 2007)
En el primer capítulo (“La investigación”) se recoge pormenorizadamente el contenido de las investigaciones sobre textos escolares y sobre lo que sabe el alumnado a las que nos hemos referido más arriba. En el segundo (“La propuesta didáctica”) se hace un repaso de las principales aportaciones a la pedagogía del Holocausto y se fundamenta nuestra posición concretada en la exposición. En el tercero (“Los recursos”) ofrecemos una panorámica de las posibilidades educativas que ofrecen la literatura, las artes plásticas, la música, el cine y las páginas web, y en cada uno de estos ámbitos hacemos una recensión de un abundante número de obras de testimonio o de ficción, de obras musicales, de películas y documentales, así como de las posibilidades de explotación educativa de algunos portales web.

Pensad que esto ha sucedido. Lecciones del Holocausto. Propuesta de actividades para el alumnado (Fundación Municipal de Cultura, Educación y Universidad Popular. Gijón, 2008)
De esta publicación de una cuarentena de páginas sólo somos editores porque nos hemos limitado a seleccionar y ordenar las propuestas de trabajo que se desarrollaron en algunos centros durante el curso 2007-8.

4. Coda final

“¿Quién de nosotros vigila en ese extraño observatorio para advertirnos de la llegada de nuevos verdugos? ¿Tienen realmente un rostro diferente al nuestro? (…) Aquí estamos nosotros, que miramos sinceramente estas ruinas como si el viejo monstruo estuviera muerto bajo los escombros (…), nosotros que fingimos creer que todo esto pertenece tan sólo a una época y a un país, y que no queremos mirar a nuestro alrededor y no oímos el grito interminable.”
Alain Resnais (1955). Noche y niebla.

Quiero terminar este artículo volviendo al comienzo, a las palabras de Todorov y de Adorno. Nuestra intención última y esencial en este trabajo, que es al mismo tiempo el sentido de la existencia de nuestro grupo, es contribuir a que nuestra sociedad sepa reconocer y evitar esas “situaciones nuevas y sin embargo análogas” en las que la exclusión va adquiriendo nuevas formas. Lo expresa muy justamente Alain Resnais en esta cita que cierra el último cartel de la exposición: hemos de estar vigilantes para identificar el rostro de los nuevos verdugos, para que “Auschwitz no se repita”. Esa es hoy la gran contribución del Holocausto, ayudarnos a escuchar “el grito interminable”. Porque la barbarie no ha desaparecido.

Muy lejos por cierto del uso que hacen del Holocausto quienes se han arrogado el papel de albaceas testamentarios de los exterminados y utilizan su memoria para protegerse del espanto y la repulsa general que provocan sus tropelías. No está de más recordarlo ahora que se cumple un año de la masacre de Gaza.

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