Menores inmigrantes. Cómo actuar

Cómo actuar

Marta Comas
Coordinadora
Extraido de Finestra Oberta nº 19
Fundación Jaume Bofill

1.-Conceptos a debatir

Educación multicultural. Existen dos premisas básicas para poder trabajar en centros educativos con una realidad multicultural: entender y valorar la cultura del otro a partir de relativizar las verdades supuestamente objetivas y absolutas de la propia cultura, ya que sólo así puede haber una aproximación real, y aprender a gestionar el conflicto desculpabilizando a un único colectivo como el causante, ya que, insistimos, el conflicto es un hecho propio de toda organización humana. Hemos de impulsar la creación de instituciones educativas en las que el diálogo multicultural sea real. Esto supone:

- no crear bajo ningún concepto dos redes paralelas de atención: una para los autóctonos y otra para los extranjeros.

- teniendo en cuenta que este colectivo de menores presenta, en algún momento de su proceso, unas necesidades específicas, se puede contar con servicios específicos, siempre que sean transitorios.

-no hay que intervenir sólo con el colectivo inmigrante sino actuar en la sociedad receptora para flexibilizar actitudes.

- hay que adaptar los recursos existentes a la nueva realidad a partir de la escucha y participación real del colectivo inmigrante en el diseño y ejecución de programas.

La integración plena como ciudadanos de derecho. Para que el objetivo de la integración social de los inmigrantes no se contamine de ideas y actitudes asimilacionistas o segregacionistas, es imprescindible el diálogo intercultural. Pero para que exista diálogo la comunicación debe ser bidireccional: todos somos emisores y receptores de mensajes.

¿El choque cultural? La cultura se ha convertido en un cajón de sastre donde metemos todas las limitaciones y dificultades que plantea el trabajo social con inmigrantes. Es falsa esta especie de determinismo cultural según el cual las personas actuarían como una especie de embajadores de su propia cultura. En realidad, en un contexto multicultural como el que vivimos se observa una emancipación de las personas respecto a la propia cultura y se avanza hacia una construcción plural de la identidad personal. Hay que entender, además, que son las condiciones en que se realiza el proceso migratorio y sobre todo las dificultades socioeconómicas para la subsistencia las que en realidad dificultan la adaptación al nuevo contexto social.

Transición del modelo asistencial al modelo de responsabilidad. En algunas propuestas para la atención de menores inmigrantes se aprecia un cierto retroceso hacia posturas asistencialistas y el olvido de aspectos como la participación y la integración social plena. Hay que adaptar la red de recursos existentes para dar respuestas efectivas y a largo plazo, así como comenzar a plantearse actuaciones sobre el entorno.

La lengua: obstáculo o medio para la comunicación. Si no se les garantiza un buen aprendizaje de la lengua no les estamos facilitando la igualdad de oportunidades.

¿Redes de apoyo o mafias? Dada la importancia de las redes en todos los procesos de inserción social, es importante afinar mucho en la percepción de las relaciones de los menores inmigrantes con las personas de su entorno con el objetivo de rescatar todas aquellas que puedan ser positivas y no englobarlas todas en el mismo saco.

La condición adolescente. La vivencia particular y la autopercepción que tienen estos menores de sí mismos tiene mucho que ver con la “aventura adolescente”.

Victimización de los menores. Para que puedan salir de la situación de la calle han de abandonar el rol de la víctima. Han de positivar las experiencias y asumir su proceso migratorio para que sea posible el trabajo educativo. Las actitudes paternalistas contribuyen a infantilizar y entorpecer la construcción del inmigrado como ciudadano con derechos y deberes.

Clima institucional. La institución y el clima de trabajo que en ella se respira condicionan en gran manera la labor educativa y los resultados obtenidos. En ciertas instituciones se ha caído en una especie de desinterés por el objetivo último del trabajo (los menores atendidos), en seguir sin más la rutina cotidiana como consecuencia de un clima general de desmotivación e impotencia.

2.-Recomendaciones y propuestas

Continúa habiendo jóvenes en la calle: los que no se han incorporado a la red de atención normalizada, los que han cumplido los 18 años en la calle, y los recién llegados.
Persisten algunas disfunciones. La más peligrosa es la lógica que se desprende de valoraciones tendenciosas de programas en los que sistemáticamente nunca se duda del discurso hegemónico sino del colectivo estigmatizado, y que se refleja en la frase: “estos jóvenes no se dejan educar”, sin entender que se trata de un proceso de interacción muy complejo en el que intervienen muchos factores.

- es necesario mejorar la coordinación y corresponsabilidad entre los diversos servicios.

- Hace falta una mayor agilidad en los procesos para evitar las listas de espera. Crear nuevas plazas de centros residenciales de acción educativa. Agilizar al máximo la elaboración del diagnóstico. Evitar la utilización de los centros de acogida como aparcamientos a la espera de una plaza en un centro residencial, ya que esto ha generado graves disfunciones en este tipo de equipamiento.

- Es necesaria la formación permanente y asesoramiento de los equipos.

- hay que separar claramente la acción educativa del control social y de la acción policial. Alejarse de la lógica de la represión o la violencia.

- Es importante la función tutorial e individualizada de cada caso: no se trata de un colectivo homogéneo

- es imprescindible un mayor rigor y agilidad en los aspectos legales, tanto en la asunción de la tutela, como en la regularización de los permisos, como en la resolución judicial de las causas penales.

- Sería importante la coordinación efectiva con las instituciones educativas de los países de origen y de las otras ciudades españolas o europeas.

- es importante incorporar educadores de origen magrebí en los equipos, no como mediadores o intérpretes sino con funciones educativas plenas.

- Garantizar la participación de los menores en su proceso educativo

- Priorizar la red de atención normalizada por encima de la creación de servicios específicos.

- Importancia de la atención en medio abierto. Consolidar y ampliar los equipos de educadores de calle y dotarles de recursos suficientes para que puedan realizar actuaciones efectivas.

- Promover políticas integrales de juventud de manera más decidida.

- Velar para que la imagen que dan los medios de comunicación de los menores sea lo menos distorsionada posible.

¿Qué esta ocurriendo en el circuito de atención a la infancia para que el índice de fracaso (fugas) sea tan elevado?
La respuesta está en la sobrecarga de los centros y el retraso en la entrada por escasez de plazas, pero también en problemas estructurales por lo que es necesario renovar planteamientos en profundidad.
Han crecido las necesidades, por lo que deben aumentar los recursos, el presupuesto. No hay que crear en general recursos específicos para menores inmigrantes, aunque si son necesarios de forma transitoria en la fase de aproximación a aquellos colectivos mas resistentes, y más vulnerables al mismo tiempo, para que la atención de los dispositivos normalizados sea más eficaz. En último lugar, hay que plantear además respuestas alternativas al internamiento.

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