Estrategias de intervención con jóvenes extutelados: el acompañamiento socioeducativo para una emancipación con éxito

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Bárbara, Marta  (Directora Associació Punt de Referència www.puntdereferencia.org)

No para todos los jóvenes llegar a la mayoría de edad supone una ilusión. No para todos, cumplir los 18 años es el inicio de una etapa repleta de posibilidades y de un itinerario de futuro donde desarrollar los propios sueños. Para algunos, la mayoría de edad supone únicamente continuar un camino lleno de obstáculos, a recorrer en solitario, sin contar con las herramientas personales ni las oportunidades necesarias para seguir adelante con garantías, y poder romper con sus estigmas del pasado. Los jóvenes usuarios de Punt de Referència tienen entre 17 y 23 años y comparten el denominador común de haber sufrido una situación de desamparo cuando eran menores de edad, ya sea porque su familia no se pudo hacer cargo de ellos, o porque llegaron a nuestro país como inmigrantes menores no acompañados, procedentes en su mayoría de Marruecos, África Sudsahariana, América Latina o Europa del Este. Mientras son menores de edad han sido atendidos en centros residenciales bajo la tutela de la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia de la Generalitat de Catalunya, pero al cumplir la mayoría de edad, estos jóvenes han de dejar los centros y convertirse en adultos autónomos e independientes a todos sus efectos. Conscientes de la dificultad que esto significa, la administración catalana cuenta con un servicio específico de apoyo al joven tutelado y extutelado (ASJTET) pero, aun así, el proceso de emancipación acaba siendo siempre un reto muy difícil. Se desarrolla desde la precariedad y la vulnerabilidad de su condición; no pueden contar con el apoyo familiar y emocional, los recursos ni las habilidades necesarias para lograr una autonomía con éxito. Para ellos, los jóvenes extutelados, cumplir los 18 años supone explícitamente la continuidad de su incertidumbre, su miedo y su sobreesfuerzo para superar las situaciones difíciles con las que se encuentran. La situación personal de partida es compleja y el contexto social actual enfatiza aún más sus dificultades y les desprotege de cualquier apoyo informal. Tal y como apunta Z. Bauman en sus reflexiones sobre los valores y modelos de circulación por lo social, la autonomía personal de la que se abandera la sociedad actual acaba siendo una arma de doble filo: libera de vínculos y compromisos a la persona (alentando la libertad individual) pero a su vez la desnuda de protección, de seguridad, de compañía y del sentimiento de pertenencia que le ofrecían estos mismos vínculos. En este sentido, una de las fórmulas que tienen las personas para recuperar esta seguridad perdida y la confianza en el entorno, es buscar y rodearse de otras personas con las que lo comparten casi todo. Esto conduce al hecho de que en una misma ciudad convivan diferentes grupos de personas, grupos homogéneos que viven en su “propio mundo” y que no convergen entre sí. El “otro” grupo acaba siendo algo lejano y desconocido, y si se añade el hecho de que el “otro” está en una situación de riesgo social, entonces además de desconocido generará desconfianza y, en muchos casos, miedo. Así, en una visión de conjunto, los jóvenes extutelados tienen que combatir no sólo con su situación personal sino con un entorno que les resulta hostil. A su proceso de emancipación, ya costoso de por sí, cabe añadirle el sentimiento de soledad que les acompaña y la debilidad de su red social de apoyo basada casi únicamente en su grupo de iguales. Todo ello supone una carga emocional demasiado pesada para una persona. Desde la Asociación Punt de Referència apoyamos a estos jóvenes en su proceso de emancipación, no solamente haciendo un acompañamiento en las cuestiones prácticas del día a día (en los ámbitos de vivienda, de formación e inserción laboral, legal, etc.), sino también dando importancia a los aspectos emocionales, ofreciendo una propuesta de acompañamiento voluntario que dé cobertura a sus necesidades de carácter emocional. El acompañamiento es una apuesta de intervención profesional que refuerza los aspectos emocionales y las competencias personales de los jóvenes extutelados, con el fin de facilitarles una emancipación con mayores garantías de éxito. En la propuesta de acompañamiento se ponen en juego tres aspectos simultáneamente: el acompañamiento profesional, el acompañamiento voluntario y el acompañamiento a los que acompañan. El acompañamiento profesional aglutina las acciones que los profesionales realizan en el espacio tutorial de seguimiento educativo, la intervención psicológica con los jóvenes que destapa su trayectoria vital, con el fin mejorar el conocimiento de sí mismos y poder trabajar sobre su potencial y reforzar sus debilidades. El acompañamiento voluntario se basa en incorporar la figura de un voluntario a la trayectoria de emancipación del joven; un voluntario que dedique parte de su tiempo libre en acompañar al joven en lo que él necesite, que haga camino a su lado aportando su experiencia y su capacidad de análisis, sabiendo escuchar y tratar con sus emociones. El tercer aspecto clave en esta intervención es el acompañamiento a los que acompañan: Para que los voluntarios puedan desarrollar esta función de acompañantes deben poder contar, a su vez, con un guía que les oriente en su función y que en conjunto sea capaz de sacar a flote todo el potencial del tándem voluntario-joven. La Asociación cuenta con dos programas de acompañamiento voluntario, el Programa Referents y el Acull (acoge).

El Programa Referents permite ofrecer a los jóvenes que salen del sistema de protección de infancia una persona voluntaria con quien sentirse apoyado y acompañado en su proceso de crecimiento. La asociación facilita el contacto entre joven y voluntario y vela porque el desarrollo de esta relación sea constructivo y favorable para ambas partes. Principalmente se ofrece al joven un apoyo emocional, lúdico, lingüístico y social, además de un acompañamiento en la inserción laboral y en la búsqueda de vivienda

El Programa Acull ofrece a los jóvenes inmigrantes que salen del sistema de protección de infancia la posibilidad de vivir con un núcleo familiar durante 8 meses. El objetivo es dar respuesta a la necesidad de vivienda que tienen los jóvenes, además de poner a su alcance personas de confianza con quien, desde el espacio familiar, puedan establecer una relación de proximidad, de apoyo y que permita vehicular las cuestiones emocionales.

La participación en estos dos programas permite a los jóvenes contar con un referente adulto, un mentor, con el que ponen en práctica sus habilidades sociales y personales. Ensayan la emancipación a su lado, con su apoyo. El vínculo entre voluntario y joven facilita el restablecer su autoestima, la motivación para continuar luchando, la capacidad de crear vínculos y la confianza en el otro. El empoderamiento que reciben los jóvenes, les capacitará para superar la etapa de transición de la minoría a la mayoría de edad y les aportará estrategias para superar nuevas etapas de futuro. El éxito en la superación de esta etapa, será clave para asentar el potencial de cada uno, mejorar la autopercepción, la autoestima, la seguridad para afrontar nuevos retos y resolver nuevas dificultades, y la construcción de su propia red de apoyo. Esto les definirá como jóvenes resilientes y les permitirá deshacerse de la etiqueta de extutelado, para convertirse en un joven más con una capacidad equiparable a cualquier otro joven, y aproximarnos así a la igualdad de oportunidades. De esta vivencia saldrán, sin duda, fortalecidos. Junto a este refuerzo de la propia persona, el acompañamiento también abre posibilidades de movilidad social. El hecho de aproximar dos realidades tan distintas, la del joven y la del voluntario, ofrece a los jóvenes la posibilidad de conectar con el “otro”, un grupo homogéneo de personas que se encuentran en una mejor posición social, una red informal que le abrirá nuevas oportunidades y le facilitará ampliar sus vínculos. A su vez, el contacto de los voluntarios con los jóvenes extutelados les acercará a una realidad desconocida, desmontará prejuicios y bajará la carga de los estereotipos, convirtiéndose así, en agentes de transformación social. Reconocemos al otro y le damos valor tal y como es. Esta es la fórmula que proponemos para acercar realidades; desde la igualdad de trato fomentamos la construcción de vínculos entre diferentes grupos de personas que conforman la sociedad. La construcción de una red informal de conexión entre estas dos realidades distintas resulta una opción de compromiso social y, sin darse cuenta, actúan como “nexos” de sus redes y posibilitan una apertura social muy significativa. Cuando las relaciones de acompañamiento son vividas como un éxito, el nivel de satisfacción personal y el reto social que esto supone es muy gratificante. Una buena práctica alimenta otra buena práctica y el conjunto de estas experiencias posibilita la construcción de una sociedad más cohesionada, más acogedora y más equilibrada. Los extutelados parten en muchos casos de una visión de ellos mismos muy debilitada, con altos niveles de frustración, una autoestima significativamente baja y pocas habilidades sociales para desarrollarse en contextos formales. Reforzar a estos jóvenes en esta etapa de emancipación implica mucho más que dotarlos de las herramientas necesarias para superar esta etapa de transición. Supone para muchos de ellos reconstruir sus debilidades y fortalecer el potencial que tienen inhibido, para optimizar los propios recursos e incorporarse a la sociedad normalizada como adultos con las mismas condiciones que cualquier otro ciudadano joven.

Mohamed Fadili – Mi primer día con mi Referente

...me explicaron que te dan un/a referente y me dijeron que está muy bien porque puedes aprender de el/ella cosas nuevas y el/ella de ti. Pensé que podría aprender más cosas, conocer más la cultura de aquí y explicar cosas de Marruecos y de mi vida a alguien de aquí. A mí me gusta conocer a personas nuevas, así que le dije que encantado, que estoy interesado y que creo que me va a hacer muy bien tener un referente porque así puedo aprender más cosas y practicar la lengua castellana…. Antes de conocer a mi referente pensaba en qué le podría decir y contar sobre mi vida, y qué me gustaría saber de ella y de España… Un día fuimos a dar un paseo por el parque y estuvimos hablando de muchas cosas, me ha contado cosas personales, y me habló con mucha confianza, como a un gran amigo. Después me fui a casa y pensé en la tarde, en lo que había sentido con ella y lo que hablamos… en el futuro podré tener una bolsa llena de ideas, de pensamientos y de amigos. También pienso que con experiencias como ésta seré más responsable y maduro.

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